AVISO
MUY IMPORTANTE: ESTE LIBRO NO ES APTO PARA DIABÉTICOS.
Vale, es
una broma, pero después de haberlo leído me ha quedado un regusto a
las primeras películas Disney de princesas. De esas que el bueno es
muy bueno y el malo muy malo, pero que al final todo se endereza y el
malvado se convierte o desaparece…
No es
malo, simplemente uno está acostumbrado al cinismo y sarcasmo que
tanto nos rodea en esta época. Cuando uno se pone a leer esto tiene
que pensar en que es una novela de principios del siglo XX destinado
a un público infantil o juvenil. Por eso, muchas de las situaciones
nos suenan a surrealismo puro y duro, nos hacen reír por lo
inocentes que son.
Es una
novela ligera en el estilo de su autora: Frances Hodgson Burnett (¿No habéis leído “El
Jarrín Secreto”?) que muestra a niños que rozan la perfección en
lo que se les pedía entonces. Los personajes son muy claros y
definidos, hechos para cumplir su papel. La lectura es sencilla,
clara y sin problemas para seguir el argumento. Es la lectura ideal
de verano. Ágil, breve, ligera y que no haga pensar.
El libro
lo pillé en una librería que estaba sacando sus fondos de armario
en liquidación, supongo que si queréis encontrarlo tendréis que
preguntar en tiendas de segunda mano o de libros descatalogados.
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