Nada
mejor para dar la bienvenida al año como una buena mañana soleada
disfrutando de una lectura entretenida y adictiva. Como fan de
Urusula K. Le Guin que se ha leído todo lo que ha podido encontrar
publicado en España (salvo
MALAFRENA),
siento debilidad por este delicioso libro cargado de críticas
aceradas. Una lectura somera hace pensar que este libro es sólo una
exaltación del socialismo más básico casi anarquista, pero en
realidad critica a todos los bandos y entre líneas les exige un
cambio para buscar una sociedad más humana y menos materialista. Una
sociedad libre de focos de poder, descentralizada y asada en el
asamblearismo.
La
autora la compara con el planeta Urras, un capitalismo muy cercano al
actual y más propio del siglo XIX… Y para el protagonista le
resulta tan extraño como ver un fósil o algo que se creía extinto.
Algo tan anacrónico para la sociedad de donde viene que se siente
absolutamente fuera de lugar.
Esto
es el principio, el arranque de esta novela. No voy a decir más
porque merece la pena leerse. Ursula despliega todas sus habilidades
y nos muestra detalles propios de antropóloga que a muchos se nos
pasaría por alto: el cuidado a la hora de utilizar el posesivo en la
sociedad del planeta Anarres, o cómo son las cárceles y en que
consisten o cómo se las ve, el reparto del trabajo, etc.
Todo
esto es lo que rodea a una historia animada de intrigas, posibles
sospechas de robo de conocimientos, confusiones… Vamos, que
esperáis a buscarla; con un poco de suerte puede que a la editorial
Minotauro le quede algún ejemplar suelto o incluido en algún tomo
recopilatorio… Y si no lo tiene, recurrid a las librerías de
segunda mano, seguro que ahí sí lo encontráis, o buscarlo en
alguna biblioteca pública cercana. El caso es que está aparece en
la mayor parte de las guías que hablan de “100 libros
imprescindibles de la ciencia ficción” junto con su otra gran obra
“La mano izquierda de la Oscuridad”. Pero de esa ya os comentaré
otro día.
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