Lo
siento, pero la fantasía no es una de mis áreas favoritas a la hora
de leer. No me importa saborear de tanto en cuando algún libro con
la esperanza de que me sorprenda o agrade y os aseguro que el
arranque de esta novela me sorprendió de verdad.
Empieza
con una escena bucólica que apenas entrar en palacio los protagonistas se convierte en
algo así como el intento de asesinato de Rasputín. Sangre,
violencia e intrigas en primer plano. Después recoge los despojos de
la protagonista y la convierte en la excusa para contarnos la más
alocada e imprevisible venganza jamás leída por un servidor.
Llevada
por su idea de matar a quienes intentaron acabar con ella, la
protagonista y sus acólitos no son capaces de ver los golpes que dan
a la estabilidad política del territorio donde se realizan sus actos
y que culminan con una fantástica escena durante una coronación que
parece casi un fin. Pero aquí el autor nos demuestra su pericia y
nos lleva un poquito más allá para mostrarnos que hace la
protagonista una vez completada su venganza. ¿Qué hacer ahora que
su vida a perdido sentido?
Sí, es
una novela llena de giros sorprendentes que no te dan respiro. Un
libro que cuando acabas un capítulo no puedes evitar empezar el
siguiente. Está lleno de acción, personajes singulares muy humanos
en la que el lado bueno y el lado malo se mezclan como todo en la
vida muchas veces.
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