Después
de semanas peleándome con los libros en busca de alguno que me
llenase plenamente o me dejase sobradamente satisfecho sobre el cual
hacer un buen comentario… Pero después de dejar dos libros a
medias porque me producían irritación y aburrimiento con cierta
acidez de estómago, he decidido poner el nivel más bajo y mostraros
algunos de los cuatro libros que he acabado en este último mes. Aquí
tenéis el primero: Aire. Un título muy evocador y con aire new age
que corona una novela irregular que parece ser dos novelas que no
terminan de encajar por mucho que lo intenta el autor.
Por un
lado es una novela antropológica sobre la llegada de los bruscos
cambios tecnológicos a rincones del mundo que se mueven ajenos a la
vorágine urbanita del primer mundo. Es la parte que mejor funciona y
en la que más brilla el autor. Los personajes son creíbles, las
relaciones entre ellos emanan naturalidad y te invitan a conocerlos
más y más a cada página que lees.
Por otro
lado se encuentra la parte que es ciencia ficción y que sólo es la
excusa que el escritor utiliza para crear esta novela. La idea está
bien, el arranque es sorprendente y muy interesante. Digamos que
poder tener Internet en el aire sin necesidad de soporte informático
físico está muy bien… pero ahí acaban las buenas noticias.
Pronto se puede leer los desvaríos de alguien que no tiene claro
todas las posibilidades de tan maravillosa idea y que lo desperdicia
en aventuras rocambolescas, a veces surrealistas sin venir a cuento,
cuando siendo más comedido podía haber creado una novela redonda
aun sin ser perfecta.
Lo dicho.
Si os gusta las novelas de relaciones humanas, de momentos de cambio en el mundo, lejos de los héroes, lejos de la primera fila y más
enfocados al pueblo llano… Esta es una novela interesante. Si por
el contrario buscáis una idea de ciencia ficción a desarrollar…
Saldréis decepcionados.