De acuerdo con que la temática sadomasoquista tiene ahora mucho éxito desde 50 Sombras de Grey. Eso de mezclar sexo bruto con romanticismo y una intriga para crear una más de las tantas novelas que se ven ahora en las librerías. Pero con esta novela lo del sexo BDSM va mucho más allá de los azotes, las cadenas, el látex, los látigos y esas cosas habituales, porque la autora nos muestra como eso puede ir más allá, y la "violencia" implícita en este tipo de prácticas ella la lleva también al campo psicológico.
El punto fuerte de este libro como en el anterior son los personajes. Cultivados con mimo y elegancia nos acercan al lado más humano con todas sus zonas oscuras. Quizás ya empiezan a ser demasiados y empiza a resultar un poco confusos el seguirlos cuando están en las escenas de grupo.
Lo que más falla por irregular, es la línea argumental. el hilo de la novela se mueve a bandazos bastante bruscos, como a saltos, siempre con algún capítulo pequeño para dotar de intriga e hilo argumental a todas las escenas de sexo escritas. Quizás por eso parece demasiado lento y hace perder a ratos el interés en lo que se lee.
En resumen: El sexo en general está bien, aunque algunas situaciones ponen los pelos de punta. Lo que es el argumento un suspenso como una catedral. No se puede tener todo.
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