martes, 21 de marzo de 2017

LA TIERRA PERMANECE

Si hay un clásico entre los clásicos sobre los libros post-apocalípticos o post-catástrofes, éste es sin lugar a dudas el número 1 con diferencia.
Hace muchos, muchos, muchos años que me lo leí en una de las primeras ediciones de Minotauro en la biblioteca pública de mi ciudad. Y raro es el año que no me vuelvo a pasar por ahí para releer una obra maestra que todo el mundo debería de leer. 
Es un libro sencillo, fácil de leer, con descripciones muy claras pero sin exceso de información, ameno, y sobre todo destila una melodía pesimista a la hora de narrar la decadencia de los supervivientes que te hace empatizart con los personajes. Porque puedes ver los rasgos más humanos de cualquiera de nosotros mismos en la gente que transita por la obra. Sus acciones, sus pensamientos e inquietudes, su manera de reaccionar a la nueva vida.
Para ser la única novela de ciencia ficción de este autor, hay que decir que creó una obra maestra por la que no parece pasar el tiempo. Quizás es una radiografía muy elegante de lo que es el ser humano.

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